miércoles, 31 de agosto de 2011

Cap 1.2

Esta vez Alan fue primero, con la gabardina y el rifle se sentía más seguro, lo cual le resultaba absurdo, con la cantidad de enemigos que había en la nave, él y su fusil no tendrían apenas oportunidad de ponerse a prueba. Misatto y él volvieron al primer pasillo, seguía tan blanco, inmaculado y, afortunadamente, vacío como antes. Cuando llevaban como dos minutos corriendo a un trote ligero llegaron a una puerta de seguridad
-Desde aquí se llega al terminal para abrir las salidas de emergencia, y una de ellas esta en la misma habitación- parecía muy indecisa, estando la libertad tan cerca
-¿Qué pasa?- Preguntó Alan, pero en seguida lo adivinó- Je me supongo que no dejarían esta sala sin protección continua, ¿no?
-Exacto- respondió Misato- Prepárate, no sé cuántos habrá, espero que no más de dos. Yo abro tú disparas, ¿de acuerdo?.
A toda respuesta Alan asintió, y levantó el arma- Misto abrió, y se echó a un lado con presteza. En el interior había un par de ankers con sus armaduras pesadas, las cuales estaban hechas de diferentes placas de metal, y con un generador de escudo cada una, también llevaban el casco cuadrado, con la franja en medio, que era el visor. Alan disparó sendas ráfagas a los dos, pero los escudos duraron lo suficiente, para que levantasen las armas, y disparasen unas cuantas veces, los escudos de Alan aguantaron bien, en cambio los de los ankers no aguantaron una segunda ráfaga, y aunque tuvieran puesta la armadura, el láser de su rifle la atravesó con facilidad. Entraron el la estancia, del estilo de el resto de la nave, con cápsulas de escape, ocho en total.

-¿Cápsulas de desembarque?- preguntó Alan- ¿Estamos a mucha altura?
-La suficiente para necesitarlas-le contestó Misato- Estamos en la planta superior de la torre , debemos usar una de ellas e inutilizar las otras, para evitar que nos sigan enseguida.- De repente una alarma estruendosa empezó a sonar- ¡Mierda!
-Debe de haber sensores térmicos y de presión, han debido detectarnos, debería haberlo pensado- Se quedó pensativo un momento- Vale, tu encárgate de activar las cápsulas y preparar los explosivos, yo te cubro la puerta es estrecha, no sabré bloquearla en cierre, pero me puedo cubrir y darte tiempo, ¿Esta claro?- Misato asintió- Pues en marcha, deben de estar al llegar
Misato corrió hacia la terminal, una pantalla acuosa en la pared, y saco un papel del bolsillo, era un esquema de lo debía pulsar, ni se acordaba del tiempo que le había llevado hacerlo. Mientras Alan se parapetó junto la puerta y apuntó, aguardando, no tardaron. Cuatro bok llegaban, con sus oscuras y ligeras armaduras, no le cubrían los brazos ni la cabeza, realmente su armadura era muy débil, lo que les hacía temibles eran su ferocidad y su número. Alan no dudó, y comenzó a disparar. Los escudos apenas resistieron, y sus disparos terminaron agujereando el cuerpo de los atacantes, su sangre azulada salpicó por las inmaculadas paredes. El último en caer, se había deslizado por el techo y estuvo a punto de llegar hasta él. Pronto divisó a más.
-Llamad a seguridad extrema ya, un sujeto se ha escapado- quien lo dijo fue un Sethzi, indudablemente al mando, con una bata que parecía médica, no era un soldado, pero debía de tener un rango elevado pues dijo- Vosotros dos, al ataque- se lo dijo a los dos ankers que tenía al lado. Ambas criaturas avanzaron disparando sus escopetas de ataque, el láser disparado era dispersado, por lo que alcanzaba no a un objetivo, si no sobre varios
-¡Mierda!- exclamó Alan a la vez que se cubría, no era mal tirador, ni mal soldado, pero si empezaban a llegar más estarían perdidos- ¡¿Cuánto falta?!-le gritó, para hacerse oír por encima de los disparos, a Misato
-Un poco, dame un minuto más
-¡Lo intentaré!, pero no te lo prometo-Volvió a disparar, debilitando los escudos de los atacantes, el mismo recibió un par de impactos, pero sus escudos apenas lo notaron. Los ankers se cubrieron tras una de las puertas del pasillo, y en cuanto el primero se asomó para disparar, Alan lo fulminó. Su cuerpo cayó inerte hacia delante, supuso que el otro se le pensaría dos veces antes de atreverse, pero a los que no les importaba es a los bok, dos de ellos fueron saltando de un lado para otro hacia su dirección, al primero consiguió abatirle, pero el segundo casi lo degüella, pero logró esquivarlo y golpearle con la culata del rifle. En ese momento el anker aprovecho para darle de lleno, acabando con sus escudos, tendría que esperar para que se recargasen, disparó varias veces desde la cobertura y sin mirar para que no se aproximasen mucho.
-¡Ya!-Gritó Misato
-Pensó alan, pero no lo dijo, bastante estaba haciendo Misato
Ambos corrieron hacia una de las capsulas, antes de entrar cogió la mochila con explosivos, la abrió, y activó uno antes de tirarla hacia la puerta, después entro. La capsula era un espacio semicircular, con un ventana en el fondo, dos bancos y un terminal de navegación sobre la ventana. Misato entró primero, después Alan, justo en ese momento se cerró la compuerta.
-He activado el modo contención- dijo Misato con una sonrisa
-¿Y eso inutilizará las otras capsulas para que no nos sigan?- preguntó Alan
-No- Misato le sonrió- Eso hace que se lancen todas las cápsulas de la base. Alan le devolvió la sonrisa pensó .
Las cápsulas salieron despedidas, atreves de las paredes de metal se oyó el estruendo de la explosión, y una llamarada salió de los ventanales de la torre, Alan se quedó mirándolo, mientras se alejaban en descensión hacia el bosque que rodeaba la fortaleza, y hacia la libertad

miércoles, 24 de agosto de 2011

si lo siento

Hace mazo que no cuelgo lo se, he estado de vacaciones, pero no preocuparse, que se me han ocurrido unas cuantas ideas que me inspiran bastante

martes, 19 de julio de 2011

Lost paradise- Cap 1.1

Alan traspaso la puerta corredera con precaución, so sabía si el natama al que acababa de despedazar estaba acompañado, la puerta daba a un pasillo de la misma estética que el laboratorio, el techo totalmente iluminado, pero tenuemente, sin hacer daño a los ojos, el suelo era de color gris, y las paredes de blanco inmaculado. Estaba desierto, no había nadie, solo varias puertas automáticas del mismo color del suelo. Notó como Misato le empujaba levemente para poder pasar

-Vamos, no debería de haber nada, es tiempo de dar informes, y de descanso. No se preocupan de que nadie se vaya a escapar o que alguien entre a colocar una bomba. ¿Quién haría algo así?- lo dijo con una sonrisa nerviosa- Oí a Haza decir que hoy era un día importante un miembro supremo del Quorum viene a realizar una inspección.

-¿Quién es Haza? ¿Cómo me conoces? ¿Por qué haces esto?- las preguntas salían a trompicones por la boca de Alan, eran muchas cosas las que pasaban por su mente, y la adrenalina no ayudaba a controlarlas.

-Mira-le contesto Misato mirándole directamente- Vamos a la armería, cogemos algo y nos marchamos, después te contestaré a todo lo que quieras ¿De acuerdo?.

-Tampoco es que tenga otra opción-repuso Alan- Te sigo

Misato continuó por la izquierda, el pasillo era largo, y el silencio absoluto, se movían deprisa pero sin correr para no hacer más ruido del necesario. Llegaron a un punto en el que el pasillo se bifurcaba en tres, Misato escogió el de la derecha, y entro por la segunda puerta del mismo lado, daba a unas escaleras. Bajaron por ellas, no tenían pasamanos, en otro momento Alan se habría parado a pensar sobre ello, pero en ese momento lo pasó por alto. Las escaleras dieron lugar a una puerta, por la penetraron, descubriendo una habitación con una inmensa puerta que ocupaba toda la pared del fondo. Misato se acercó, la puerta poseía una consola central, la chica pulsó uno de los botones, y el teclado se iluminó y unos caracteres desconocidos aparecieron en la pantalla

-Merda!- exclamó Misato- esto no lo esperaba, ¿Cómo coño voy a descifrar esto? Apenas se algo del idioma Sethzi, y no tengo ni idea de cual es este, vamos a tener que cambiar de plan- Parecía que más bien lo decía para ella misma que para Alan.

-Pone introduzca código- dijo Alan

-¿Perdona?

-Pues eso que pone introduzca código- Alan no sabía cuál era el problema el lo entendía perfectamente. No se había dado cuenta, claro le habían parecido tan naturales, pero al fijarse de verdad en los caracteres se dio cuenta de que era idioma Bok´ma. “¿Qué me han metido en el cerebro?”-pensó

-Vale…-Misato parecía perturbada, acto seguido sacó una grabadora, la acercó al micrófono y la accionó, ella solo oyó el idioma de chasquidos que es el bok.ma, pero Alan entendió perfectamente “Estamos observando”. La puerta se abrió deslizándose hacia un lado

-Se ve que has estado planeando esto- comentó Alan

-Más de un mes- respondió Misato- Más vale que nos demos prisa ya hablaremos más tarde.

Seguidamente entró en la estancia. Estaba llena de cosas, era como bien había dicho Misato un almacén. Estaba dividido en secciones, alimentos, medicinas, armas…Alan fue primero a encontrar algo de ropa, se estaba cansando de andar casi desnudo. Había una sección en la que ponía “Armaduras”, no había ninguna humana, pero encontró ropa que si lo era, también unas botas de su número del mismo estilo, todo eso debería de pertenecer a la gente que habían raptado. Era ropa negra, de militar, cuando acabó de vestirse se fijó en un tanque de cristal, era transparente y parecía estar lleno de un líquido azul cristalino. En su interior había una especie de gabardina. Era negra, con capucha, simple con un par de bolsillos en la parte exterior. Se acercó al panel de la cámara y accionó el botón en el que ponía abrir. El tanque se vació, y el cristal se desmaterializó, y quedó la prenda expuesta. Era para un ser más grande que él, aun así se la puso, en cuanto la tuvo puesta, la gabardina se encogió amoldándose a su cuerpo, podría haber tenido calor, pues era más gruesa de lo que parecía, pero no, era como si tuviese su propio climatizador. Se fijó en la textura, dura resistente y flexible, con un tacto parecido a la goma. En cuanto la prenda terminó de ajustarse un haz de energía azul lo envolvió durante un instante para luego desaparecer. “Un escudo”-pensó-“Como si llevase una armadura”. Oyó unos paso detrás de él y descubrió a Misato mirándole, llevaba una mochila llena a la espalda, y otra vacía en la mano

-Toma llena esto de medicamentos, yo no sabría cual escoger, ya tengo la mía con comida

-¿Cómo sabes que soy médico?

-Tu expediente, me lo he leído varias veces

-Entonces deberías de saber que, mejor te vendría un soldado mejor preparado que un oficial médico.

-No, te necesito a ti a parte eres el único al que tengo acceso. Bueno mejor las preguntas para más tarde ¿de acuerdo?

Sin decir nada Alan se encamino a la parte de suministros médicos. Había una cantidad enorme de vitrinas a ambos lados del pasillo, con equipo quirúrgico, antibióticos, anticoagulantes, suero…”.si por mi fuese me lo llevaba todo” pero no podía, no tenía espacio, además debían de moverse deprisa. Cogió lo indispensable de material, y medicamentos variados, tampoco sabía a qué tendrían que enfrentarse. Una vez listo fue a la armería, no era un experto en armas, si bien sabía cómo usar más de una, era buen tirador y recargaba con celeridad, pero nada del otro mundo, solo uno ,más de cientos de buenos soldados. Las armas estaban en estanterías en las paredes, se acercó al fusil Imperius sin pensar. Así lo llamaban los humanos, su verdadero nombre era Mallerezta, nombre de su creador, un anker, “como se eso” -volvió a pensar, -“mejor dejo de preguntármelo y lo aprovecho”. El fusil era similar en tamaño a un P90, solo que la parte del cañón era recta, como si el fusil hubiese sido cortado. De color cobre, con partes en negro carbón, era ligero y compacto, poseía mira con precisión, visión térmica y nocturna. La culata se le amoldaba perfectamente al brazo, con su terminación algo más cuadrada y plana de lo habitual. Al lado estaban los cargadores laser recargables, de forma rectangular, y de color turquesa, cada uno tenía cien disparos, y una vez vacíos tardaban un minuto en recargarse. Colocó uno en la parte posterior del arma, entre la culata y la mira, y se guardó otros dos en la las fundas de la gabardina. También cogió una pistola, era fina , de cañón alargado, la punta terminaba un cuadrado. De color negro con una raya verde brillante atravesándola. Cogió un par de cargadores y llamó a Misato

-¿Sabes usar esto?- le preguntó tendiéndole la pistola una vez llegó- Es una Viper, ligera pero precisa, sin apenas retroceso.

-Sí, no tengo problemas, mi ex novio me enseño a disparar, no una extraterrestre, pero tampoco puede ser muy diferente por lo que veo.

-No lo es, apunta y aprieta el gatillo, ten aquí tienes dos cargadores, cada uno de 50 balas, tardan 23 segundos en recargarse,, y se introducen por la parte de debajo de la culata, es solo introducirlos y ya está, cuando se vacié saldrá solo.

La mujer lo hizo tal cual le dijo, parecía nerviosa, y algo asustada, pero tnía algo más en los ojos advirtió Alan, decisión.

-Bien, debemos de coger unos explosivos por si acaso y listo.

-Tu mandas- Dijo Alan dirigiéndose hasta los explosivos.- ¿Solo por si acaso?

-Así es, vamos, mejor pasarse de potentes que quedarse cortos-una vez los cogió dijo- Larguémonos de aquí

jueves, 14 de julio de 2011

Lost paradise- Cap 1.0

Luz, fue lo que vio al despertarse, llevaba una máscara respiratoria puesta,

-¿Quién soy?- Pensó- ….Alan....Alan Norton-todo vino a su mente de golpe. Alan Norton, hijo del cirujano Robert Norton, de San Francisco, joven apuesto de melena rebelde color castaño claro, mentón prominente heredado de su padre, y ojos color avellana de su madre, y jugador del equipo de voleibol en el instituto, que siguió los pasos de su padre y se licenció en la facultad de medicina de la universidad Jhons Hopkins de Baltimore. Medicina, el sueño de su vida, pero después de que empezasen las guerras de los piases petrolíferos, debido a la incursión del ME como combustible y que solo se usasen motores ME, Alan había decidido dar un giro a su vida, provocando la ira de su padre, y un distanciamiento entre ambos insalvable. Alistarse en los marines como oficial médico. Después de una formación básica le habían nombrado teniente, y se había pasado seis meses en Afganistán y otros tres en Irán, curando heridas de balas y quemaduras de minas CERO, las cuales son de una aleación in detectable para los radares y liberan un gas inflamable que explota al entrar en contacto con el O2. Lo peor fue cuando se dirigía con su unidad a socorrer a un par de soldados heridos y un grupo de la milicia se les echó encima, teniendo Alan que acabar con 3 de los asaltantes. Ninguno de sus compañeros resultó herido o muerto, es más los jóvenes a los que iban a rescatar sobrevivieron gracias a sus cuidados, pero Alan no se había sentido peor en toda su vida, él estaba educado en salvar vidas, no en quitarlas, sabía que ese momento tendría que llegar, pero esperaba que por casualidades del destino, a él no le pasase, no fue así, y desde aquello el servició no le volvió a ser tan gratificante como gasta entonces. Un día el convoy en el que viajaba fue atacado, y una bala perdida se le incrustó en un hombro desgarrándole el tejido muscular, pero dejando el hueso casi intacto, pero terminando con los horrores de la guerra para él. Después de acabar la rehabilitación se asentó en el nuevo centro para veteranos de San Francisco, con lo que volvió a casa, y de paso conoció al hombre más admirable que podría conocer, el General de Brigada Thomas Sanfor, quien a sus 63 años y problemas de esclerosis, se convirtió en mentor y confidente de Alan. Cuando tenía 31 años llegaron las naves, llegó el día D y todo se volvió caótico, vuelta al servicio, miedo y oscuridad, mucha oscuridad.

¿Dónde estoy?- fue l segunda cosa lógica en la que pensó- Estoy atado- notaba cierres de metal en muñecas, tobillos y abdomen - ¿Qué pasó?, Me capturaron -dedujo. Estaba en una camilla de metal, recostado, círculos de luces brillantes brillaban en el techo, intentó moverse, girar la cabeza, pero notaba que le costaba moverse- estoy sedado- pensó la parte médica de su cerebro. Una idea aterradora y espeluznante cruzó su mente- Están experimentando conmigo, van a diseccionarme como se hacía antes con animales de pruebas, he de salir de aquí

De improvisto una figura a la que no podía ver el rostro ni apariencia debido al deslumbramiento que le provocaba la luz, apareció ante él. El miedo se apoderó de el en primera estancia, pero la figura fue tomando forma. Era humana, una mujer de origen asiático, de pelo negro, y de ojos de un azul profundo, delgada, y con el rostro asustado y ansioso.
-¿estás despierto?-preguntó-¿Puedes hablar?- Alan intentó responder, pero los efectos de la droga se lo impidieron, solo consiguió emitir uno débiles gemidos- Vale no te preocupes, voy a inyectarte adrenalina en el corazón…no lo he hecho nunca, pero no te preocupes, ah e intenta hacer el mínimo ruido posible- Acto seguido le mostró a Alan la jeringuilla, grande, muy grande. Alan se preparó, eso iba a doler, lo sabía, él mismo se lo había hecho en una ocasión a un paciente. La cara de la mujer era un libro abierto, estaba aterrada, pero aun así bajó el brazo con decisión, clavándole la aguja en el corazón. El dolor fue brutal, y cuando la sustancia le invadió se levantó de golpe, por suerte se había podido controlar y soltó únicamente un grito ahogado.
- Gracias- dijo cuándo se calmó- ¿Qué ha pasado? ¿Quién eres
- Mi nombre es Misato, Misato Ikari- Contestó la desconocida- ¿Estas bien? ¿Puedes moverte?...

¿Qué pasa?- Preguntó, pues Alan se había quedado petrificado y miraba por encima de su hombro.
Lo que Alan miraba era un espejo, uno de cuerpo entero que había en el laboratorio, entre dos grandes aparatos que Misato nunca había sabido para que eran, el marco era del mismo color que el resto de los objetos, plateado y brillante, y extremadamente limpio.
Alan se había quedado helado, ¿quién era el que aparecía en el reflejo? Alii estaba reflejada la habitación con todo el equipo de un laboratorio, procesador de muestras, monitor de estado del paciente, reanimador…también estaba Misato, una mujer de no más de 1’60 cm, delgada, vestida con un uniforme blanco, negro, y amarillo de pantalones cómodos de tela suave y elástica, con la chaquetilla de mangas largas cruzada, con unas botas de suela de goma, de pernera larga, no era un traje que se usase en un quirófano, más bien parecía un traje de etiqueta, tendría que preguntarle porque iba vestida así, desde luego. Su pelo largo y suelto le caía liso hasta casi la cadera, no llevaba ningún arma que el apreciase. Pero nada de eso le había dejado sin habla, aquello era cosa del otro, el ser que estaba en la camilla, en calzoncillos. Estaba en buena forma, fibroso, no precisamente musculoso, el cuerpo de alguien que hace ejercicio regularmente y que mantiene una dieta equilibrada. Eso no era lo raro, tenía el mismo físico que recordaba, lo extraño era el color de la piel, era blanquecina y pálida, con un tono violáceo. Sus ojos tenían el iris amarillo, su pelo había pasado del castaño claro, al rubio casi albino, con mechas plateadas surcándole el pelo. -¿Qué me han hecho?- Se preguntó- ¿Qué soy?. Se levantó, y se acercó al espejo, no podía apartar la mirada

-Alan por favor tenemos que marcharnos deprisa, no tardarán en volver- le suplicó Misato. Alan no la escuchaba, tan solo se miraba, no podía creerlo, aquellos monstruos le habían destrozado. Con la rabia invadiendo su cuerpo golpeó el cristal una dos tres veces hasta hacerlo añicos. No debió hacerlo, pues una vez cayeron los trozos empezaron a oír ruido de pasos al otro lado. Alan miro a su derecha, donde había una cubierta con utensilios quirúrgicos, reconoció un bisturí y unas pinzas, las otras no las había visto nunca, pero algo en su mente las reconocía. Vio una especie de cuchillo grande como el de un carnicero, afilado y con un mango plateado y pulido, un Toke. No sabía cómo conocía ese nombre, ni como sabía que lo usaba, para cortar las escamas heridas o muertas de los sethzi, tampoco tenía tiempo. Sin pensar cogió el toke, y cuando la puerta se abrió, y dejando pasar a un natama con bata azul y con el equipo respiratorio a juego no dudó y atacó al largo cuello del extraterrestre mientras le arrastraba hacia dentro, de un par de golpes consiguió separar la cabeza del resto del cuerpo, y el líquido que en realidad eran esos seres se desparramó por la habitación, y salpicó el cuerpo semidesnudo de Alan. Misato había presenciado la escena entre absorta y aterrada, se había quedado sin palabras, ella, una persona que vive de ellas. Alan aún con el cuchillo en la mano se dio la vuelta y la miró a los ojos

-Salgamos de aquí- fue lo único que dijo antes de volver a girarse hacia la puerta y abrirla con cuidado

miércoles, 6 de julio de 2011

Ahi va

Vale, no se si me seguis en mi otro blog, espero que si, asi sabreis, que no tengo ni puta idea de escribir....con leerlo se sabe, pero bueno, espero mejorar, sobretodo una cosa ¡¡¡¡los putos dialogos!!!! como hacer que queden bien implementados???? no se quizá debí de hacer primero el curso de escritura.

Por si os hace mi otro blog El desvan del freak

Lost Paradise - Prologo


Diario de Steven Parrish asistente del presidente de EEUU Paul McCole. 6/2/2083

Bunquer secreto de las Montañas Rocosas

No tuvimos oportunidad. Nos creíamos superiores a todas las especies del planeta, eramos los elegidos por los dioses, o por Dios, o Ala, Buda, o cualquier dios tribal con el que sentirse superior al resto y protegido de los demás, protegidos de la oscuridad, del mal. Pero ningún Dios existe. Quedó demostrado el día D.... ,Desesperación una buena palabra para describirlo. La fecha del dia D es el 24/8/2081, día en que los cielos de todas las partes del mundo que estuviesen iluminadas, se oscurecieron, las que estuviesen oscuras se iluminaron, los suelos temblaron, los ojos lloraron, nuestro raciocinio se vio nublado, y en nuestros corazones se instalo el miedo, el terror, la desesperación.

Naves, miles de naves surcaban el cielo, naves extraterrestres, Monstruos de metal surcando el cielo, las había de todos los tamaños, enormes como 2 petroleros juntos, y pequeñas como un caza de las fuerzas aéreas. Muchos se entusiasmaron, claro “ Han venido, no estamos solos en el universo” dijeron “ teníamos razón”, la tenían, pero solo en parte, no venían en Paz, no venían a esclavizar y a aniquilar. Rayos laser salieron disparados de las naves, arrasando todo a su paso, lo primero fueron los complejos militares, después los monumentos, las agencias de defensa, todo en todo el mundo. Pero pararon, y de las naves surgieron hologramas gigantescos, que proyectaban la imagen de uno de ellos, en cada una de las naves grandes de cada país apareció la imagen, y habló, con el idioma de cada país. El ser poseía una morfología casi humana, salvo que la nariz había desaparecido para dejar paso a dos rendijas, era totalmente calvo sin ningún pelo en su rostro, sus orejas eran puntiagudas, y el color de su piel de un blanco inmaculado, su boca era similar a la nuestra, pero todos sus dientes eran puntiagudos, pero lo más terrorífico fueron sus ojos, el bien y el mal son meras creencias, no son ciencia, pero lo de este ser era pura maldad, en sus ojos había una crueldad que solo se veía en la películas, o en los psicópatas. Eran dos grietas, como los de un lagarto. Habló, su voz era gutural, dura, como si escupiese cada palabra

Humanos del planeta Tierra- Dijo con voz siseante el ser- rendiros y deponed las armas, no intentéis defenderos, o terminaremos de arrasar con todo, no podéis vencer, os hemos observado desde antes de que encendierais el primer fuego,podéis llamarme Salsihed, somos nosotros a los que rezáis, y a los que maldecís, a los que veneráis, nuestro es el poder , nuestra la sabiduría, hemos atravesado las estrellas, y esclavizado planetas somos el Quorum. Es nuestra voluntad tomar este planeta para reconstruir su ecosistema a nuestro parecer, y hacer uso de sus recursos Durante miles de años habéis sido una plaga en este planeta, y ahora que habéis alcanzado el desarrollo óptimo, no sois necesarios. Pero somos generosos rendiros y mostrad pleitesia y se os permitirá vivir como trabajadores, esclavos, o como nuestras mascotas, no sois más que insectos ante nuestro avance, se os da bien mataros unos a otros pero esto os supera, no queremos vuestra aniquilación, pero sera lo que tendréis si es interponéis.- No hubo gritos, ni un solo sonido, solo un silencio que penetraba en el alma, que te dejaba sin aliento, que te arrebataba la esperanza, un silencio que da pie a la desesperación.


Desarrollo, era la palabra que aquella horrible criatura había usado. Si estás leyendo esto dentro de muchos años quizá no sepas que hace algo más de 25 años unos arqueólogos se adentraron un número desconocido de kilómetros en el interior de un volcán en Islandia, justo como Julio Verne. No encontraron ninguna civilización perdida, sino incrustado en la corteza más profunda un un material extraño del color de la plata, pero capaz de volverse en múltiples estados, y de mezclarse con todos los elemento y composiciones. EL Multi-Elemento, ME o como a muchos amantes de las novelas como yo nos gusta llamarlo Vernieno. El ME se forma de forma natural desde la corteza terrestre, no se como, no soy científico, y dadas sus cualidades, sus secretos se guardaron bien, muy bien. Es el elemento más puro que existe en nuestro planeta, el elemento primario del resto, con lo que se formaron todos los materiales. Con su forma sólida se mejoro la estructura de los lasers de iones, creando armas laser, nuevas armas, motores más potentes, capaces de hacer a los aviones mucho más veloces, mezclando el ME con acero, metal, y diferentes compuestos sólidos se ganaba durabilidad, flexibilidad, resistencia, y así en un sin fin de cosas, las imágenes que nos mostraban las películas de ciencia ficción eran ya una realidad. Pero ningún adelanto fue como los Limpiadores del Cielo, llamados asi por su inventor Markus Reitner. Los LC funcionaban con energía nuclear, y eran capaces de absorver los gases tóxicos que enviavamos constantemente a la atmosfera, deteniendo el cambio climático, y dandonos más tiempo para haberiguar como reconstruir el agujero de la capa de Ozono.


No nos hizo falta hacerlo, una vez limpia el Quorum la arreglo por nosotros, se apoderaron de nuestra tecnología, la implementaron a la suya, y empezaron a cambiar nuestro planeta, los árboles, los mares, los animales que habitaban, lo estaban moldeando a su parecer


Miles, millones de personas se arrodillaron en las calles de todo el mundo, pero no todos, muchos huyeron, y otros lucharon. Los políticos desaparecieron, escondidos como yo en bunkers subterráneos, pero antes enviaron a lo que quedaba sus ejércitos a combatir, algunas naves collera, pero por cada una de las suyas, caían diez de las nuestras, todos los países se unieron, los extraterrestres consiguieron en unos días lo que los pacifistas en años. Pero no fue suficiente, las fuerzas humanas fuero derrotadas, pero consiguieron derribar alguna de las naves grandes. Los soldados supervivientes fueron capturados, o se escondieron en grupos para formar guerrillas y atacar cuando tuviesen oportunidad. El resto del mundo se preparó par recibir a sus nuevos amos.


Y aterrizaron. Embajadores de las cuatro especies que conforman el Quorum. La primera y dominante los Sethzi, a la cual pertenecía Salsihed, además de los rasgo que he mencionado antes, era de morfología humana de cintura para arriba, no había piernas, si no una cola de entre 1 y 2 metros, una cola dura y resistente como la de un cocodrilo, y ágil y flexible como la de una serpiente. La segunda los Ankers, criaturas muy grandes en constitución, y en grosor no así en altura, parecidas en morfología a la humana pero que tenían el tren inferior des-proporcionadamente más pequeño que el superior, tenían cuatro patas, las pequeñas que parecían patas de toro, con la misma forma, las delanteras las usaban como brazos, eran largas y gruesas, y terminaban en unas manos de cuatro dedos gruesas y llenas de bultos tenían una gran joroba detrás de su cabeza, la cual era grande acorde al resto del cuerpo, era redondeada, con la cara chata, de nariz aplastada, y orejas grandes en la parte superior, tenían un pelaje que les recubría enteros que variaba en colores, combinaciones de rojos, naranjas azules y verdes. Sus ojos pequeños y de diferentes colores, como los de un oso, poseían cuatro colmillos que salían de sus bocas, cruzados, como los antiguos dientes de sable que se ven en los museos. La tercera especie, eran de un aspecto casi humano, solo que eran más altos debido cuello extremadamente largo, extremidades igual de largas, y un cuerpo más reducido, llevan siempre un traje o armadura recubriendo su cuerpo, y un casco que cubre su ovalada cabeza, con un sistema de respiración. Sus cadáveres nos mostraron que debajo de la máscara son te una textura parecida al plástico, y llena de líquido, apenas se les distinguen los rasgos del rostro, y al parecer son criaturas que deben de vivir en algún tipo de mar. Esta raza son los Natama. La cuarta, imaginaos a unos seres del tamaño de un orangután, de seis extremidades, con cinco afiladas garras en cada una de ellas, una cabeza con pinchos, la cara con con un hocico alargado, y con los dientes curvos y hacia fuera, sin ojos, que se guiá por el olfato el sonido, y es capaz de captar hasta el más mínimo cambio de temperatura, sin pelo, y de color grisáceo-azulado, son los rastreadores los Bok´ma.


Estos son los integrantes del Quorum. Como prometieron no nos exterminaron de golpe, nos recluyeron en las ciudades, las amurallaron, como si fuesen prisiones, para poder estudiamos. Algunos cazan, cuando les dejan salir, y venden o intercambian su comida , por ropas de los tejedores, o asistencia médica de los doctores, o por placeres de prostitutas y gigolós. Esto les pasa a los afortunados, y solo lo eres mientras no se fijen en ti, de vez en cuando soldados del Quorum se llevan a gente a sus naves, y los secuestrados casi nunca vuelven, y cuando lo hacen.....nunca vuelven. A menudo la gente escapa de las ciudades, a muchos se les captura, pero con el resto ni se molestan, no nos tienen ningún miedo. Uno de los que consiguió huir nos encontró, agente del servició secreto sabía donde estaba el bunker y nos explicó como estaban las cosas. Al parecer el Quorum ofrece protección y poder a los humanos que traicionen y delaten a cualquier humano de “delitos” como el planificar huir, atentados, conducta iniciadora de revueltas....no son pocos los traidores a su propia especie, por lo visto los extraterrestres cumplen con su palabra.


Hace dos meses el presidente cayo enfermo al probar una de las frutas, de las nuevas ploantas, quiso arriesgarse. Murió hace una semana. Sus hombres se han marchado, ha unirse a algún grupo de resistencia, me dijeron que fuese con ellos, pero no no valgo para eso, todo esta perdido, nosotros, la raza soberana, los amos de la Tierra, nosotros los más egolatras de todas las especies hemos sido derrotados. No hemos sido más que cobayas, para unos seres mucho más superiores, y yo no estoy dispuesto a vivir con ello, no puedo más, el peso del miedo en mi corazón es demasiado, la desesperación se ha aporedado de mi alma, me gustaría pensar que hay un cielo, pero hasta el olvido infinito es mejor que vivir con esto, hemos perdido nuestro paraiso. Solo pido tener suficiente valor y fuerza para coger la pistola y y apretar el gatillo y liberarme del tormento. Espero que mis palabras te sirvan de algo, ami me sirvieron para marcharme en paz

Steven Parrish.


A mi esposa Moira y mi hijo Tom, doy gracias por que no vieseis los horrores de estos dos años, espero que nuestras almas descansen juntas.