Alan traspaso la puerta corredera con precaución, so sabía si el natama al que acababa de despedazar estaba acompañado, la puerta daba a un pasillo de la misma estética que el laboratorio, el techo totalmente iluminado, pero tenuemente, sin hacer daño a los ojos, el suelo era de color gris, y las paredes de blanco inmaculado. Estaba desierto, no había nadie, solo varias puertas automáticas del mismo color del suelo. Notó como Misato le empujaba levemente para poder pasar
-Vamos, no debería de haber nada, es tiempo de dar informes, y de descanso. No se preocupan de que nadie se vaya a escapar o que alguien entre a colocar una bomba. ¿Quién haría algo así?- lo dijo con una sonrisa nerviosa- Oí a Haza decir que hoy era un día importante un miembro supremo del Quorum viene a realizar una inspección.
-¿Quién es Haza? ¿Cómo me conoces? ¿Por qué haces esto?- las preguntas salían a trompicones por la boca de Alan, eran muchas cosas las que pasaban por su mente, y la adrenalina no ayudaba a controlarlas.
-Mira-le contesto Misato mirándole directamente- Vamos a la armería, cogemos algo y nos marchamos, después te contestaré a todo lo que quieras ¿De acuerdo?.
-Tampoco es que tenga otra opción-repuso Alan- Te sigo
Misato continuó por la izquierda, el pasillo era largo, y el silencio absoluto, se movían deprisa pero sin correr para no hacer más ruido del necesario. Llegaron a un punto en el que el pasillo se bifurcaba en tres, Misato escogió el de la derecha, y entro por la segunda puerta del mismo lado, daba a unas escaleras. Bajaron por ellas, no tenían pasamanos, en otro momento Alan se habría parado a pensar sobre ello, pero en ese momento lo pasó por alto. Las escaleras dieron lugar a una puerta, por la penetraron, descubriendo una habitación con una inmensa puerta que ocupaba toda la pared del fondo. Misato se acercó, la puerta poseía una consola central, la chica pulsó uno de los botones, y el teclado se iluminó y unos caracteres desconocidos aparecieron en la pantalla
-Merda!- exclamó Misato- esto no lo esperaba, ¿Cómo coño voy a descifrar esto? Apenas se algo del idioma Sethzi, y no tengo ni idea de cual es este, vamos a tener que cambiar de plan- Parecía que más bien lo decía para ella misma que para Alan.
-Pone introduzca código- dijo Alan
-¿Perdona?
-Pues eso que pone introduzca código- Alan no sabía cuál era el problema el lo entendía perfectamente. No se había dado cuenta, claro le habían parecido tan naturales, pero al fijarse de verdad en los caracteres se dio cuenta de que era idioma Bok´ma. “¿Qué me han metido en el cerebro?”-pensó
-Vale…-Misato parecía perturbada, acto seguido sacó una grabadora, la acercó al micrófono y la accionó, ella solo oyó el idioma de chasquidos que es el bok.ma, pero Alan entendió perfectamente “Estamos observando”. La puerta se abrió deslizándose hacia un lado
-Se ve que has estado planeando esto- comentó Alan
-Más de un mes- respondió Misato- Más vale que nos demos prisa ya hablaremos más tarde.
Seguidamente entró en la estancia. Estaba llena de cosas, era como bien había dicho Misato un almacén. Estaba dividido en secciones, alimentos, medicinas, armas…Alan fue primero a encontrar algo de ropa, se estaba cansando de andar casi desnudo. Había una sección en la que ponía “Armaduras”, no había ninguna humana, pero encontró ropa que si lo era, también unas botas de su número del mismo estilo, todo eso debería de pertenecer a la gente que habían raptado. Era ropa negra, de militar, cuando acabó de vestirse se fijó en un tanque de cristal, era transparente y parecía estar lleno de un líquido azul cristalino. En su interior había una especie de gabardina. Era negra, con capucha, simple con un par de bolsillos en la parte exterior. Se acercó al panel de la cámara y accionó el botón en el que ponía abrir. El tanque se vació, y el cristal se desmaterializó, y quedó la prenda expuesta. Era para un ser más grande que él, aun así se la puso, en cuanto la tuvo puesta, la gabardina se encogió amoldándose a su cuerpo, podría haber tenido calor, pues era más gruesa de lo que parecía, pero no, era como si tuviese su propio climatizador. Se fijó en la textura, dura resistente y flexible, con un tacto parecido a la goma. En cuanto la prenda terminó de ajustarse un haz de energía azul lo envolvió durante un instante para luego desaparecer. “Un escudo”-pensó-“Como si llevase una armadura”. Oyó unos paso detrás de él y descubrió a Misato mirándole, llevaba una mochila llena a la espalda, y otra vacía en la mano
-Toma llena esto de medicamentos, yo no sabría cual escoger, ya tengo la mía con comida
-¿Cómo sabes que soy médico?
-Tu expediente, me lo he leído varias veces
-Entonces deberías de saber que, mejor te vendría un soldado mejor preparado que un oficial médico.
-No, te necesito a ti a parte eres el único al que tengo acceso. Bueno mejor las preguntas para más tarde ¿de acuerdo?
Sin decir nada Alan se encamino a la parte de suministros médicos. Había una cantidad enorme de vitrinas a ambos lados del pasillo, con equipo quirúrgico, antibióticos, anticoagulantes, suero…”.si por mi fuese me lo llevaba todo” pero no podía, no tenía espacio, además debían de moverse deprisa. Cogió lo indispensable de material, y medicamentos variados, tampoco sabía a qué tendrían que enfrentarse. Una vez listo fue a la armería, no era un experto en armas, si bien sabía cómo usar más de una, era buen tirador y recargaba con celeridad, pero nada del otro mundo, solo uno ,más de cientos de buenos soldados. Las armas estaban en estanterías en las paredes, se acercó al fusil Imperius sin pensar. Así lo llamaban los humanos, su verdadero nombre era Mallerezta, nombre de su creador, un anker, “como se eso” -volvió a pensar, -“mejor dejo de preguntármelo y lo aprovecho”. El fusil era similar en tamaño a un P90, solo que la parte del cañón era recta, como si el fusil hubiese sido cortado. De color cobre, con partes en negro carbón, era ligero y compacto, poseía mira con precisión, visión térmica y nocturna. La culata se le amoldaba perfectamente al brazo, con su terminación algo más cuadrada y plana de lo habitual. Al lado estaban los cargadores laser recargables, de forma rectangular, y de color turquesa, cada uno tenía cien disparos, y una vez vacíos tardaban un minuto en recargarse. Colocó uno en la parte posterior del arma, entre la culata y la mira, y se guardó otros dos en la las fundas de la gabardina. También cogió una pistola, era fina , de cañón alargado, la punta terminaba un cuadrado. De color negro con una raya verde brillante atravesándola. Cogió un par de cargadores y llamó a Misato
-¿Sabes usar esto?- le preguntó tendiéndole la pistola una vez llegó- Es una Viper, ligera pero precisa, sin apenas retroceso.
-Sí, no tengo problemas, mi ex novio me enseño a disparar, no una extraterrestre, pero tampoco puede ser muy diferente por lo que veo.
-No lo es, apunta y aprieta el gatillo, ten aquí tienes dos cargadores, cada uno de 50 balas, tardan 23 segundos en recargarse,, y se introducen por la parte de debajo de la culata, es solo introducirlos y ya está, cuando se vacié saldrá solo.
La mujer lo hizo tal cual le dijo, parecía nerviosa, y algo asustada, pero tnía algo más en los ojos advirtió Alan, decisión.
-Bien, debemos de coger unos explosivos por si acaso y listo.
-Tu mandas- Dijo Alan dirigiéndose hasta los explosivos.- ¿Solo por si acaso?
-Así es, vamos, mejor pasarse de potentes que quedarse cortos-una vez los cogió dijo- Larguémonos de aquí
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